Sentado en la estación de tren de Chamartín (Madrid), me esperaban unas 4 horas de larga espera hasta que saliera mi tren para Donosti. Decidí que tenía que encontrar algo en lo que ocupar mi tiempo. Pensé, y pensé... y cuando me quise dar cuenta, estaba con la mirada perdida observando a la gente que salía de sus trenes y posteriormente subía las escaleras. Cada cual llevaba consigo su propia historia. Procedencia, destino, y cometido. Comencé a intentar despejar las incógnitas que traía cada uno de ellos, mientras el tiempo pasaba lentamente...
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